viernes, 20 de febrero de 2009

El globo que cruzó los Pirineos

Los alumnos del Colegio de Educación Infantil y Primaria Ángel Ganivet de Málaga, lanzaron 300 globos con deseos de paz, pero sólo el de Tania ha obtenido respuesta. Su mensaje ha recorrido 1.200 kilómetros hasta el jardín de una mujer en el sur de Francia que ha querido contar a los niños el destino de su iniciativa.
A veces, cuando uno menos se lo espera, un mensaje lanzado al aire puede obtener respuesta. Los deseos de paz que Tania Muñoz depositó en un globo y confió al viento han llegado más allá de los Pirineos. Dos semanas más tarde, la persona que lo encontró en un pequeño pueblo al sur de Francia ha escrito una carta para narrar a esta niña, que estudia quinto de Primaria en el colegio Ángel Ganivet de la capital, el final del viaje del globo trotamundos.
Ni las montañas, ni los cables de la luz, ni la lluvia han podido detener el vuelo de esta esfera llena de helio que ha cruzado 1.234 kilómetros de distancia en un camino cuyos derroteros sólo conoce la brisa. El recorrido terminó en la rama de un pino en el jardín de Suzanne Rogalle, que vive en Seix, localidad gala del departamento de Ariège.
De 300 globos con mensajes de paz que los alumnos del colegio público enviaron el pasado 30 de enero dentro de las actividades del Día de la Paz, sólo uno ha obtenido contestación. Pero esta única carta, que llegó el 13 de febrero, vale por muchas teniendo en cuenta la larga distancia recorrida.
En el centro, profesores y alumnos no salen de su asombro. «Estamos alucinados porque no sabemos cómo ha podido llegar tan lejos», indica Miguel Ángel Márquez. Celia Luque, coordinadora del programa Escuela de Paz asegura que nunca imaginó que la respuesta llegaría tan lejos cuando propuso la iniciativa. «Como mucho, esperábamos que escribiesen desde algún pueblo cercano», añade.
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Diario Sur