Alumnos de siete institutos de la capital asisten al espectáculo sobre seguridad vial que persigue concienciar a los jóvenes sobre los graves peligros de la carretera
El atronador estrépito en el interior de una discoteca, el impactante ruido de un coche al chocar contra otro o salirse de la carretera, el espeluznante sonido de las ambulancias y luego un sepulcral silencio.
Así comienza el espectáculo sobre educación vial Road show, que persigue concienciar a los jóvenes sobre los riegos de mezclar alcohol y conducción con historias reales contadas por sus protagonistas en carne y hueso.A los alumnos de entre 10 y 17 años de siete institutos de la capital malagueña que ayer tuvieron la oportunidad de verlo en directo en la Facultad de Educación de Málaga, al menos, les hizo reflexionar durante un rato.
Muchos de ellos no pudieron reprimir alguna lágrima o ahogar un suspiro al escuchar en primera persona el relato de los que les ha tocado vivir la dura experiencia de un accidente de tráfico.
La historia que se narra en este novedoso espectáculo, que organiza la Academia Internacional de Seguridad Vial y la Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal en colaboración con la Obra Social de La Caixa, comienza en una discoteca una noche de cualquier fin de semana. Un dj animaba a los jóvenes a divertirse siguiendo el ritmo de la música.
Uno de ellos, actor del espectáculo, incluso dijo abiertamente que no pasa nada por conducir con el puntito.
Los alumnos que asistieron ayer a la representación se reían y jaleaban al joven que simulaba haber bebido más de la cuenta tras una noche de fiesta. Pero después, nadie se atrevió a moverse de la butaca.Una serie de imágenes de accidentes de tráfico y sus consecuencias dejaron sin palabras a más de uno. Lo peor, escucharlo de boca de sus protagonistas.
En medio de un silencio y una oscuridad espeluznantes, Juan Antonio Montiel, policía local perteneciente al grupo de Atestados de Málaga capital, comienza su relato reconociendo que a pesar de su experiencia la sensación que le produce enfrentarse a un accidente de tráfico es "indescriptible".
La tensión en la garganta y la carne de gallina son inevitables en estos casos, según contó este policía, que aseguró que "nunca te acostumbras y sabes lo que te vas a encontrar". Su vivencia más traumática ocurrió hace un par de años. Eran algo más de las 6:30 de la madrugada cuando recibió el aviso de que un motorista de tan sólo 21 años se había salido de la vía a la altura de la Comisaría Provincial de Málaga. La mala suerte hizo el resto. "Al caerse impactó directamente contra la valla quitamiedos que le fue seccionando toda la zona abdominal mientras era arrastrado", pudo narrar con la emoción a flor de piel.Cuando llegó Juan Antonio, el joven aún seguía vivo. Pero apenas un minuto después de decirle que tenía mucho frío y echarle por encima su chaqueta, le apretó la mano y murió.
Aún le quedaba lo más difícil por hacer a este experimentado policía local. Tuvo que ir a casa de los padres del joven que resultó llamarse Paco y comunicarle que "nunca más volverían a ver a su hijo con vida".
Laura es enfermera y trabaja en el servicio de emergencias del 061. A lo largo de su carrera a visto de todo, pero nada como le tocó vivir hace un año. Su amiga, con la que había ido a bucear sólo unos días antes, era en este caso la víctima. La había atropellado un conductor que se dio a la fuga. "Me di cuenta porque llevaba unos calcetines iguales a los que le había regalado. Era su primer día de trabajo y no le dio tiempo ni a llegar", aseguró. Su amiga logró sobrevivir, pero ahora "la tengo que tratar igual que a mi sobrino de 5 años debido a la grave lesión cerebral que sufrió".
La recuperación de las secuelas y la aceptación de lo que ha pasado son los momentos más duros para los que logran sobrevivir. Eduardo de la Torre, médico rehabilitador del Hospital Clínico, explicó que las lesiones medulares implican un mínimo de seis meses de recuperación intensa en el centro hospitalario y que más del 90% son irreversibles.
Las carreteras de la provincia de Málaga dejaron el año pasado un trágico balance de 72 muertos en 57 accidentes. Menos siniestros que otros años, pero un 4% más de mortalidad. Todavía queda un largo camino que recorrer para lograr la concienciación.
Más información en